Seleccionar página

Yo también tuve miedo

10 de octubre de 2024

Que no te engañen, el miedo no se elimina y desaparece por arte de magia o por muchas sesiones que hagas con tu terapeuta, y para mi, sería un error hacerlo.

El miedo es una emoción más, como otra cualquiera, quizás un poquito más desagradable, puede ser, pero una emoción al fin y al cabo.

Llevo dando entrevistas bastante tiempo y una de las cosas que casi siempre sale es este tema: el miedo y cómo lo vivo yo.

Sé que esto es por cómo entiendo yo el miedo al fracaso, porque miedo, tengo muchos días y a muchas cosas, pero es verdad que no tengo nada de miedo a fracasar.

En 2019 abrí las puertas de mi primera cafetería, una cafetería por la que pocas personas daban un duro, a pesar de que un experto en negocios echara para atrás mi idea de negocio por ser demasiado innovadora.

Era mi sueño y yo había hecho un estudio lo suficientemente claro para mi como para haber comprobado que podía ser rentable aunque eso no quisiera decir que fuera fácil.

Mi familia me apoyó, mi hermano me impulsó mucho y hoy, 5 años después y una pandemia mundial de por medio, ese negocio sigue siendo un éxito.

 

Así que claro, tuve miedo, por eso te quiero contar qué cosas hice para cumplir mi primer sueño empresarial por si a ti te ayuda a cumplir el tuyo.

En primer lugar, si tu pensamiento es “no tengo dinero para emprender” te diría dos cosas:

La primera, si te planteas un negocio digital tan sólo necesitas tu ordenador y a ti misma. Nada más. La inversión que harás en este momento será de tiempo, no económica.

Sí, puedes pensar que tu tiempo vale dinero y es verdad: tu tiempo vale dinero, pero querida, cuando empiezas y no te conoce nadie, lamentablemente es así. Haces una entrega brutal (tiempo) a costa de cobrar lo que te cubra tu sueldo rasito. 

La segunda, y la que yo hice porque yo lo que iba a abrir era un negocio físico con su reforma correspondiente, capitaliza el paro si quieres tener más dinero para empezar. Es una opción que puedes valorar si lo que te preocupa es que no tienes dinero.

En tercer lugar, y esta era mi objeción “¿y qué pasa si me canso?” Os pongo en contexto:

Yo nunca había vivido más de 2-4 años en una ciudad y para mi emprender un negocio físico era hacer una apuesta importante en cuanto al compromiso que adquiría con esta ciudad, que por cierto me parece maravillosa, llevo aquí 8 años y es la mejor del mundo.

Mi Faro, que era mi hermano en ese momento, me dijo: Alba, si te quieres ir, traspasas o bajas persiana y a otra cosa.

Puede que al oirme decir esto estés pensando pero esta tia que me está contando, se toma el negocio como quien se cambia de camiseta.

Pues no tanto pero un poco sí. Es real como la vida misma que no pasa absolutamente nada si decides cambiar de negocio o cerrar y probar otra cosa. Porque déjame decirte que sólo hay una cosa definitiva en esta vida y esperemos que pase dentro de muchos muchos años. Lo contrario a eso es estar viva, y cuando estás viva, pasan cosas todo el rato. Así que si por lo que sea te está paralizando el “para toda la vida” que tanto nos gusta en esta sociedad, olvídalo. Comprométete con tu idea de negocio, inténtalo y si no era para ti, pasas a otra cosa con el aprendizaje adquirido.

Y para muestra un botón: en 2020, seis meses después de abrir mi negocio, a muchas empresarias nos tocó reinventarnos, te cuento lo que hice yo en ese tiempo:

  1. Monté una tienda online de residuo cero, puericultura y artes varias.
  2. Empecé un blog de residuo cero donde compartía mi estilo de vida minimalista y lo que hacía para generar el menor impacto en la naturaleza.
  3. Asesoraba a emprendedores y emprendedoras a gestionar sus negocios desde la estructura y el foco.
  4. Monté mi academia online y empecé a dar formaciones varias a través de la pantalla.

Las dos primeras se evaporaron, la segunda más rápido que la primera, las dos últimas, por suerte, siguen hoy conmigo.

Probé varias líneas de negocio y se quedaron las que sobrevivieron al estilo de vida y al tipo de negocio que yo quería dirigir.

¿Y sabes qué pasó?

Absolutamente nada más que los aprendizajes que me llevé.
Nada malo. Todo bueno.

Aprendí a montar e-commerce y a gestionar proveedores de distintos lugares del mundo, llegué a muchísimas personas con mis recetas naturales y puse mi semillita para concienciar a muchas más sobre el uso responsable del planeta.

Con esto quiero decirte que NO PASA NADA porque un negocio no funciona y que fracasar, aunque sea un drama durante unos días, está bien.

Y si lo que te pasa, y tu objeción es tengo miedo en general, déjame pedirte que pienses por un segundo en una cosa que hayas hecho aunque sea con miedo, seguro que hay algo y que no tenga que ver con emprender. Por ejemplo y estos son algunos de los mios, mudarme a Irlanda con 23 años, hacer el camino de Santiago en enero sola con la nieve hasta el cuello o si tienes hijos/as haber tomado esa decisión.

Ostia, todas acojonan amiga! Unas más que otra, también te diré, pero qué pasó después de haberlo decidido? COSAS BUENAS.

Así que termino este episodio diciéndote que objetivamente, detrás del miedo, casi siempre pasan cosas buenas.

Recapitulando

1- Piensa en el dinero como una herramienta que puedes conseguir de una manera o de otra.

2- Si tu negocio no cumple tus expectativas con el tiempo, reajústalo o cierra. No va a pasar absolutamente nada.

3- Y la última, detrás del miedo, casi siempre pasan cosas buenas.

En FARO, el programa para emprendedoras, somos muy consciente de ello porque todas las mujeres que entran lo hacen con un poquito de miedo pero al final.. al final querida son otras mujeres diferentes.

Así que piensa en esas 3 objeciones que te traigo hoy y pregúntate…

Tú ¿Vas a tomar hoy acción?

Recibe mis cartas de inspiración en tu correo

0
    Carrito
    Nada por aquí